Madiba.
Abogado, político, fundador de Umkhonto we Sizwe, líder
anti-apartheid, preso, nobel de la paz, presidente de la República de
Sudáfrica todos estos calificativos sirven para representar a un mismo hombre,
con sus luces y sombras, y todos se quedan
cortos para definir el papel de Nelson Mandela en la sociedad actual.
Después de días de homenajes, noticias y artículos poco o
nada queda por decir de quien tanto trabajó contra la segregación racial en su
país. Las redes sociales se han llenado estos días con sus frases. Frases que
con el tiempo se convertirán en su mejor legado, en la manera de explicar como
sólo él sabía hacerlo que “nadie nace odiando”, que “el odio es aprendido” se
centre en cuestiones de raza, sexo o religión. Con una breve selección de ellas
cierro esta entrada porque nada que escriba podría definirle mejor.
“Me gustan los amigos
que tienen pensamientos independientes porque suelen hacerte ver los problemas
desde todos los ángulos”
“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para
cambiar el mundo”
“Una nación no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos
con mejor posición, sino por cómo trata a los que tienen poco o nada”
“Los verdaderos líderes deben estar dispuestos a
sacrificarlo todo por la libertad de su pueblo”
También dijo “La muerte es algo inevitable. Cuando un hombre
ha hecho lo que él considera como su deber para con su pueblo y su país, puede
descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto, dormiré
para la eternidad” y así lo hace desde el pasado 5 de diciembre a las 9 de la
noche, mientras en un cine londinense se estrenaba Mandela: Long Walk to Freedom.
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