Nacida como un campamento militar romano de la Legio Gemina X
a finales del siglo I a.C Astorga es una ciudad sorprendente. Este pequeño núcleo urbano de unos 11.000
habitantes guarda en sus 46 km cuadrados de superficie varios tesoros. Entre todos
ellos dos brillan con una luz especial: la Catedral y el Palacio Episcopal.
Catedral de Astorga. |
La
Catedral es sede episcopal de Astorga y está dedicada a Santa María. Aunque ya
hay noticias de un templo prerománico y románico que pudo ser construido a mediados
del s. XIII a penas hay datos de ella hasta que comenzó la construcción del
actual edificio de estlo gótico en 1471 continuando en siglos posteriores añadiéndole
la portada sur y dos capillas laterales renacentistas además de su fachada barroca. El edificio forma un
complejo catedralicio que comprende tres áreas diferenciadas: La iglesia, el Archivo diocesano y museo y el Hospital de San Juan Bautista, fundado en la Edad
Media.
Palacio Episcopal de Gaudí. |
Junto a ella, e
irremediablemente unidos, está la auténtica joya de la ciudad, el Palacio
Episcopal. Una de las tres obras que Gaudí realizó fuera de Cataluña junto a El
Capricho, en Comillas, y la Casa Botines, en León. Construido entre 1889 y 1915
este edificio es un Palacio en el más fantasioso sentido de la palabra, su
estructura resalta sobre la ciudad sumergiéndonos en un ambiente de cuento como
si una princesa estuviese a punto de asomar sus rubios cabellos por la más alta
torre. Como toda la obra de Gaudí el Palacio Episcopal es una auténtica alegría
para la vista. Pero ¿Cómo Gaudí terminó diseñando un edificio tan alejado de su
área de influencia? Esta aportación especial debemos agradecérsela al entonces
obispo de la diócesis Joan Baptista Grau i Vallespinós, que comparte con el
maestro su ciudad de nacimiento (Reus). Fue él quien decidió encargar la
construcción del nuevo Palacio Episcopal a su amigo Gaudí; busando, quizá, de una amistad que había
comenzado años atrás mientras Grau fue vicario general de la archidiócesis de Tarragona
e inauguró la iglesia de Jesús-María cuyo altar había diseñado el arquitecto
catalán.
Ayuntamiento de Astorga. |
Por sí solo el Palacio es razón suficiente para hacer un alto en el
camino y visitar esta pequeña ciudad de Castilla y León. Si lo hacen no dejen
de pasear por sus calles, tomar un “mañanito” al sol en la plaza del
Ayuntamiento –otro edificio de interés cultural- y, cómo no, saborear sus mantecados
y sus tejas. Si algún lector amante del dulce ya las ha probado sabe bien a que
me refiero.
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